Cómo Confiar cuando Uno Está Angustiado
por Charles R. Swindoll
Algunos tal vez enfrenten lo que fácilmente se podía llamar un problema insoluble. Es a ustedes a quienes espero animar hoy. A menudo las situaciones que no tienen respuestas humanas forman la base para que Dios haga su mejor obra.
Esto se ilustra de manera hermosa en la vida de Job, que, a mi juicio, es un ejemplo vivo de problemas insolubles. La biografía de Job incluye todo un pizarrón lleno de preguntas en cuanto al sufrimiento.
¿Es Dios justo? ¿Es esta situación justa? ¿Qué debe aprender una persona que atraviesa las aguas profundas del sufrimiento?
En Job tenemos un vistazo singular y raro dentro del velo del cielo y detrás de bastidores en la tierra.
Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. 8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? (Job 1:7-8).
¿Que diría Dios de usted si él estuviera hablando con Satanás ahora mismo y hablándole de la vida de usted? “¿No has considerado a ____________ ?” y entonces mencionara su nombre. Al describirlo a usted, ¿qué diría Dios? Con alguno de ustedes, a lo mejor sería algo muy similar a lo que dijo de Job: “perfecto y recto.”
La vida de Job era un modelo maravilloso de vida valiente. Job confió en Dios en las buenas. Ahora la escena estaba preparada para determinar si Job confiaría en Dios en situaciones humanamente imposibles.
El siguiente capítulo en la vida de Job es oscuro. Soportó pérdidas como pocos han conocido. Su casa, destruida; su familia, muerta; su salud, en ruinas; sus finanzas, eliminadas. Sus amigos cuestionaban su reputación santa.
En el largo proceso de resolver sus preguntas y luchas, Job finalmente resolvió confiar en Dios—costara lo que costara. Había adorado. Se había humillado. Se había sentado en silencio. Finalmente respondió a su esposa: “Recibo lo que Dios ha enviado. He recibido lo bueno; ahora recibo la adversidad.” Vuelva a leer eso. Es el secreto de la estabilidad.
Hallo tres razones reales por las cuales Job pudo responder de esa manera. Primero, miró hacia arriba y halló consuelo en la soberanía de Dios. Vio mucho más que las acciones de Dios; vio el corazón de Dios. Aceptó lo que Dios dio y lo que Dios quitó. Vio el amor soberano de Dios, y le dijo a su esposa: “Acaso no deberíamos recibir lo uno y lo otro sin cuestionarlo?”
Job también miró hacia adelante y recordó la promesa de Dios. En el capítulo 19 Job dijo:
“Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo” (19:25).
Job recordó la promesa de Dios de que al fin todo se resolverá. Mirando hacia adelante, sintió ánimo.
Finalmente, Job miró hacia adentro y se dejó moldear por la instrucción de Dios.Job 42:6 dice que Job miró su vida, y se arrepintió “en polvo y ceniza.” Vio que Dios le había instruido en el sufrimiento y enfermedad como de ninguna otra manera. Dijo, en efecto: “Señor, por primera vez honradamente puedo decir: ‘Me entrego a ti como nunca antes.’”
Exige valentía que el creyente se entregue a un Dios soberano al enfrentar situaciones imposibles. Tal vez eso es exactamente lo que usted necesita hacer en este mismo momento. Me viene a la mente la oración que elevó una vez una persona sabia y consagrada:
Señor: Estoy dispuesto a recibir lo que tú das. Estoy dispuesto a privarme de lo que tú no das. Estoy dispuesto a aflojar lo que tú quieres tomar. Estoy dispuesto a sufrir lo que tú inflinges. Estoy dispuesto a ser lo que tú quieres que sea. Señor, estoy dispuesto.
Amigo y amiga, si sus días han sido difíciles y sus noches han sido como un túnel oscuro y largo, halle su consuelo en el control soberano y amor eterno de Dios. Su Salvador sabe su punto de aguante. Los golpes, destrozos y adversidad que usted está soportando están diseñados para moldearlo; no para arruinarlo. Su fuerza y valentía aumenta conforme Dios tiene su mano sobre usted. Recordar el secreto de Job puede determinar toda la diferencia.
Primera Parte Las tres primeras bestias/la estatua de metales; la cuarta bestia Estudio bíblico escatológico “Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas” (Daniel 7: 7: 8) A diferencia de algunos que hoy en día dicen tener sueños y revelaciones, pero que nada tienen que ver con la Palabra, Dios sí le habló al profeta Daniel. En el libro de Daniel, Dios reveló acerca de lo porvenir en cuanto al dominio mundial dos veces, aunque de manera diferente. Primeramente lo hizo a través