“Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado”.
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado”.
2 Samuel 22: 21
¿Alguna vez has escuchado tu forma de orar?, por un momento cuando estés orando examina la clase de oración que haces. A lo mejor te vas a dar cuenta que la repites muchas veces la palabra: “te pido”, me atrevería a decir que de cada 10 palabras que mencionas al orar una de ellas es el famoso “te pido”.
Realmente pedir no esta mal, pues la Biblia dice que al que pide se le dará, al que busca, hallara y al que toca se le abrirá. Pero muchas veces no nos estamos dando cuenta que el “te pido” es exagerado en nuestras oraciones, es cierto que ha Dios hay que pedirle, pues El es el único que puede darnos cosas que nadie mas puede.
Hay algo importante que encierra el versículo que leímos al principio y es algo que David reconocía, puesto que el dijo: “Jehová me ha premiado conforme a mi justicia”. Esto quiere decir que hay momentos en los cuales sin que tu pidas, Dios te dará, pues al ver la justicia con la que vives El estará agradado. Pero la pregunta es: ¿Estas siendo justo?, ¿Estas llevando una vida de justicia?, lo que sembramos eso cosechamos, y no lo digo yo, lo dice la Palabra de Dios, entonces es obvio que muchas de las cosas negativas que nos toca vivir es porque no estamos siendo lo suficientemente justos como para que eso no fuera así. Definitivamente Dios jamás tendrá al injusto por justo, ni mucho menos al justo por injusto, entonces si tu pides y pides y sigues pidiendo y no recibes, es momento de evaluar tu grado de justicia, puesto que Dios te premiara conforme a ella.
Pero hay otra palabra que David menciona y es: “Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado”, esto tiene mucho que ver con mantener una vida de santidad, si tu tratas la manera de vivir en santidad aun cuando te cuesta mucho, pero lo intentas y no te cansas de intentarlo, entonces Dios reconocerá tu esfuerzo y la limpieza de tus intenciones hacia el y te recompensara.
Amigo mío, es momento de evaluar nuestra vida, de ser sinceros con nosotros mismos y mas aun con Dios. Por qué no te haces algunas preguntas tales como: ¿Estaré siendo justo?, ¿Estoy viviendo en Santidad?, ¿Mis oraciones son limpias y sinceras?, ¿Mi grado rectitud es el que Dios quiere de mi?
Si en más de alguna de esas preguntas sales mal, entonces es momento de tratar de enmendar los errores y de tratar de agradar al único que merece un agrado genuino y esto es a nuestro Dios.
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