Muchos no lo podían creer, el rey del pop, ha desaparecido… Y sí era un rey porque el enemigo también copia los títulos de Dios para los suyos. Ex. 19:6.
Se han escuchado infinidad de expresiones, la mayoría de dolor. Pero habemos personas que solo podemos sentir una gran compasión por este hombre, sabiendo que era una victima más al que las tinieblas le estaban pasando su última factura. Decimos última, porque le fue cobrando día a día. Pudimos ver con dolor y quizá con cierta impotencia, lo que se sabe, el enemigo vino hacer. Jn 10:10. (Matar robar y destruir).
Podemos pensar que vivió una vida que nunca fue suya, nadie podría precisar en que etapa de su lastimada infancia, pudo ejercer su libre albedrío, o quizá nunca vivió su propia voluntad, que Dios nos ha regalado.
El mundo entero pudo escuchar y observar de sus “caprichosas” transformaciones, paso a paso, quienes fueron sus seguidores aplaudían cada una de sus locuras. Nunca pensaron que eso era parte de su “inevitable” destrucción, como la fama, fortuna, conciertos, juicios, drogas, escándalos etc.
Posiblemente muy pocos se percataron que había una mente infernal manejando la vida de este hombre. Nuestro siglo por medio de la tecnología pudo observar como se desmoronaba, la “magia” que podía lograr gastando millones de dólares en cirugías y escenarios, de impactante extravagancia donde su figura podía aparecer desde querer ser Dios, o aparentar el mensaje del mismo Jesucristo y al mismo tiempo un fantasma terrorífico y repugnante.
Sus múltiples escenarios llenos de vida, “una vida que probablemente nunca conoció” Jn. 14: 6. Abundantes imágenes mitológicas, terror, animales, gestos, rituales, una mezcla de culturas y religiones, representaciones “celestiales” y terrenales, que en realidad no era pleitesía a Dios 2ª Cor 11:14.
Fue el artista más premiado en la historia: 405 galardones. 18 premios GRAMMY. Según
GUINNESS, el más exitoso de todos los tiempos, logrando vender 750 millones de discos en vida, el más joven en ganar un premio BILLBOARD. Superando a los BEATLES. Con THE JACKSON 5…
Realmente mientras agonizaba el mundo aplaudió su agonía, le vio morir y celebró cada detalle de esa muerte. Su vida se fue apagando entre depresiones, cirugías, luces, adicciones, juicios, escándalos, paparazzis y grandes donaciones a Instituciones benéficas.
Fue muy conocido en los continentes, pero nunca supimos quien fue realmente.
Nosotros como Hijos de Dios no podemos ser indiferentes ante una situación como esta. Muchas personas queriendo seguir los pasos y enseñanzas de estos “ídolos” desconociendo por completo las estrategias y artimañas del enemigo. Las mismas noticias hablan que han dejado un legado a las diferentes generaciones. Lo que no saben es que es de destrucción y muerte, lo hemos visto con algunos “grandes” que han marcado la historia. Vidas trágicas conflictivas, llenas de dolor y muertes repentinas, que en su momento tocaron la gloria y el mundo los admiro y exalto, pero el final fue el mismo. Entre ellos: Elvis Presley, John Lennon, Bob Marley, Freddie Mercury, Bruce Lee…
Una vez más esta comprobado que el enemigo de nuestras almas, vino a matar robar y destruir. Creemos firmemente que la historia con Cristo hubiera sido diferente.
Es alarmante cuando vemos y entendemos lo mucho que la humanidad es robada, saqueada, humillada, encarcelada, y despojada por el enemigo, lo peor es que no nos damos cuenta que tenemos las armas para enfrentar a un enemigo vencido, porque hay falta de conocimiento, Óseas 4:6, Isaías 5:13.
Es tiempo de comprender que tenemos un enemigo real, que no hay terreno neutral en este campo, y que en el momento que le entregamos nuestra vida a Jesucristo nos convertimos en reos en fuga para las fuerzas enemigas.
La Iglesia como cuerpo de Cristo le fue dada autoridad de “gobernar” en medio de las tinieblas, Efesios 1:21-23 y también las armas para vencer, de otra manera Dios no le pediría a los suyos que hicieran algo, para lo cual no les hubiera equipado antes.
La Iglesia tiene autoridad, pero solo funciona bajo el sometimiento a la autoridad MAYOR, Santiago 4:7-8, Sólo sometiéndome a Dios puedo estar en la condición de resistir al enemigo y el tendrá que huir, pero claro está, si no estoy sometido a Dios, Satanás no tiene porque huir, por mas que yo intente resistirlo
Tristemente hay tantas mentiras envueltas en verdad que el mundo desconoce y aún el pueblo de Dios esta creyendo, y peor aún, enseñando muchísimos conceptos equivocados y manipulados sobre su Palabra.
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