La carrera para elegir al primer presidente de la Unión Europea (UE) entró en la recta final, con el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, visto como favorito y el ex premier británico Tony Blair perdiendo terreno.
La actual presidencia sueca de la UE inició esta semana una ronda de contactos con los 27 países del bloque para avanzar en la selección del nuevo presidente, previa a una cumbre continental para designarlo.
La creación del cargo de presidente europeo está prevista en el Tratado de Lisboa, que entrará en vigor el 1 de diciembre tras superar su último obstáculo el martes con la firma de República Checa.
Diferentes analistas coinciden en que el futuro rostro de la UE dependerá en buena medida de la persona que presida el bloque y del nuevo ministro continental de Exteriores, otro nuevo cargo que será designado.
"La elección de la persona va a darle forma a la función", dijo Fabio Liberti, un experto del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París consultado por BBC Mundo.
clic República Checa firma Tratado de Lisboa
¿Un mediador?
La elección de la persona va a darle forma a la función
Fabio Liberti, IRIS
Las funciones del nuevo presidente europeo incluirán representar al bloque en reuniones con otros líderes mundiales y encabezar las cumbres continentales de jefes de Estado y de gobierno.
Con un mandato de hasta cinco años (y un salario anual cercano a los US$400.000) el presidente europeo se dedicará al cargo a tiempo pleno, a diferencia de la actual presidencia de la UE, que rota cada seis meses.
El objetivo del Tratado de Lisboa al crear los nuevos cargos es aceitar mejor el funcionamiento de la UE y darle una voz más clara a nivel global.
Sin embargo, la duda ahora es qué perfil debe tener el nuevo presidente.
Algunos prefieren a un peso pesado como Blair, capaz de tratar de igual a igual con los presidentes de otras potencias, y otros a un "mediador" continental que evite eclipsar a los líderes europeos en la escena mundial.
La primera opción "está ahora en minoría", sostuvo Antonio Missiroli, analista del Centro de Política Europea, con sede en Bruselas.
Los candidatos
Missiroli dijo a BBC Mundo que Van Rompuy es mencionado actualmente en los pasillos de Bruselas como el candidato favorito para asumir la presidencia de la UE.
Van Rompuy es un economista demócrata-cristiano que asumió con reticencia el cargo de primer ministro de Bélgica hace 10 meses y logró superar la crisis política que amenazaba con fracturar al país.
Su nombre podría reunir un consenso difícil de alcanzar entre los 27 países de la UE.
En cambio, el nombre de Blair no ha reunido el apoyo de socialistas europeos como el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, entre otras cosas por su apoyo a la guerra de Irak en 2003 y porque su país está fuera de la Eurozona y del espacio Schengen.
EL RECUERDO DE IRAK
El nombre de Blair no ha reunido el apoyo de socialistas europeos como el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, entre otras cosas por su apoyo a la guerra de Irak en 2003 y porque su país está fuera de la Eurozona y del espacio Schengen
También son candidatos a la presidencia europea los primeros ministros de Holanda, Jan Peter Balkenende, y de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, así como la ex presidenta de Letonia, Vaira Vike Freiberga.
Liberti coincidió en que Van Rompuy figura como "favorito", pero comentó que Vike-Freiberga tiene posibilidades porque su nombramiento evitaría excluir a las mujeres y los europeos orientales de los principales puestos del continente.
El otro cargo
El fiel de la balanza para elegir al próximo presidente europeo lo tienen el jefe de Estado francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, que han decidido unirse en la selección del candidato.
Sarkozy simpatizaba inicialmente por Blair, pero pareció cambiar de opinión ante la reticencia de Merkel. "Los nombres de la primera ola no son necesariamente los ganadores", dijo Sarkozy hace unos días en Bruselas.
La pérdida de respaldo a Blair parece haber favorecido las posibilidades de que el jefe de la diplomacia británica, David Miliband, alcance el cargo de ministro europeo de Exteriores.
Varios socialistas europeos apuestan por Miliband para ese puesto, ya que se espera que el centro-derecha designe la presidencia.
Missiroli sostuvo que el ministro europeo de Exteriores puede ser incluso "más importante" que el presidente, porque también será vicepresidente de la Comisión Europea, con recursos y personal a su cargo.
Sin embargo, hasta ahora Miliband ha evitado expresar interés por el puesto de Exteriores y la experiencia de Blair sugiere que figurar como favorito en las carreras europeas puede ser perjudicial.
"Todavía tenemos dos semanas de negociaciones intensas", comentó Liberti, "y no sabemos qué va a pasar".
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