“Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal”
Eclesiastés 5: 1
Yo apenas estoy por cumplir veintisiete años, pero aun me considero un joven, pese a que estoy casado y tengo un bebe hermoso de apenas tres meses de nacido, pero desde mi dieciséis años soy cristiano nacido de nuevo.
Pero en mas de alguna ocasión cuando estaba mas joven que por cierto no fue hace mucho, recuerdo que salí después de un servicio en la Iglesia diciendo esto: “Hoy no estuvo muy buena la Palabra, como que falto mas unción”.
¿Esa frase te parece conocida?, ¿La has escuchado alguna vez?, o será que ¿Tu la has dicho?, bueno no estoy para juzgarte ni para que me juzgues, pero todos los que en un momento hemos sido o somos jóvenes cristianos hemos dicho eso o por lo menos algo parecido.
Lo que ocurre muchas veces es que no llevamos nuestro corazón dispuesto a recibir la Palabra que Dios tiene para nuestra vida, muchos de nosotros por las circunstancias que nos rodean o por nuestra propia voluntad nos hemos dejado minar de obras de la carne y eso lo quieras o no es un obstáculo gigante para poder recibir libremente una Palabra de Dios para tu vida.
La Biblia dice que las cosas espirituales tienen que discernirse espiritualmente, pero su tu en lugar de alimentar al espíritu a través de leer la Palabra de Dios, orar, ayunar o cualquiera de las armas que Dios nos ha heredado para triunfar en la vida cristiana, te dejas llevar por las obras de la carne, claro esta que no podrás recibir lo que Dios tiene para ti, porque tu mente y tu corazón están siendo obstaculizados por estos enemigos.
Cuando hablamos de obras de la carne, hablamos de enemistades, rencores, celos, envidias, disensiones, pleitos, fornicación u otra obra que en lugar de beneficiara a tu espíritu, esta alimentando los deseos carnales.
Ahora bien, la Palabra del Señor dice que cuando fuésemos a la casa de Dios vayamos dispuesto a oír o escuchar lo que El tiene para nosotros y no para ofrecer sacrificio de los necios.
Amigo mío, es hora de entender que en nuestra vida hay muchas cosas que no nos permiten escuchar claramente la voz de Dios hablando a nuestra vida, estas cosas son las que tu sabes muy bien que están ahí y que no agradan a Dios.
De nosotros depende seguir yendo a la casa de Dios sin un propósito o que realmente dispongamos todo nuestro ser a sacar de nuestra vida todo obstáculo que lejos de alimentar a nuestro espíritu, esta alimentando a nuestra carne.
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