“Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho”.
1 Juan 5: 14, 15
Creo que todos los que en algún momento pedimos algo a Dios, esperamos que nuestro pedido sea cumplido y si es posible en el menor tiempo posible.
Durante mi vida cristiana he experimentado momentos en los que he clamado a Dios esperando una respuesta rápida de El. Seré sincero en decir que en muchas ocasiones mi petición a Dios no ha sido cumplida, en otras cuantas he tenido que esperar mucho tiempo y en mas de alguna he recibido una respuesta rápida.
Pero nosotros debemos comprender la forma de actuar de Dios, la cual no se rige por un tiempo cronológico establecido, pues para Dios un día es como mil años, es decir que El no se mueve a través del tiempo nuestro.
Dios se mueve o se rige a través de su voluntad. La Palabra es clara en decirnos en esta ocasión: “… que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. Es decir que el factor importante para que nuestra petición sea contestada se basara en el análisis que Dios haga de dicha petición. Es decir, si esa petición es conforme a la voluntad perfecta de El para nuestra vida, tienes que estas seguro que la recibirás.
¿Pero que si nuestra petición no es conforme a la voluntad de Dios?, entonces por mas que quieras orar por algo, por mas que llores y esperes todo el tiempo que quieras esperar, esa petición no se cumplirá. Y esto no porque Dios sea malo y no quiera contestarte, sino porque al analizar tu petición El observo que no era bueno para tu vida, y aunque en un principio no entendamos eso, ten por seguro que al final terminaras agradeciendo a Dios por no haberte cumplido esa petición que no te iba a favorecer.
Las respuestas de Dios son: NO, SI y ESPERA. La mayoría de veces casi siempre es un ESPERA, pero otras muchas Dios nos dará un SI, y en muchas otras ocasiones nos dará un NO. Por tal razón debemos respetar su voluntad, Jesús mismo dijo: “Hágase tu voluntad y no la mía”, frente a esto, ¿Por qué ha de hacerse siempre nuestra voluntad?, si el mismo Señor Jesús reconoció que debe someterse a la voluntad de su Padre, ¿Por qué nosotros no?
Amados, se que cada uno de ustedes así como yo también, tenemos peticiones importantes para nuestra vida, pero frente a esas peticiones sepamos o aprendamos a conformarnos con la respuesta de Dios, sea esta negativa, positiva o una de espera. Separamos que aquellos que somos sus hijos estamos seguros en sus manos y que aunque el tiempo pase y no veamos una respuesta, separamos y tengamos la certeza de que si es conforme a la voluntad de Dios esa petición se cumplirá tarde o temprano. Abraham espero cerca de veinticinco años para recibir una promesa que Dios mismo le había hecho, quizá la respuesta parezca tarde para el ser humano, pero para Dios era el tiempo exacto.
No luchemos contra la voluntad de Dios, mas sin embargo sometamos a ella, porque su voluntad es PERFECTA para nuestra vida.
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