Por falsas doctrinas nos referimos a filosofías y pensamientos nacidos de sabiduría humana que se han infiltrado en la Iglesia y que son contrarias a la doctrina bíblica.
Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina (1Ti 1:3)
Aquí vemos una instrucción de Pablo a Timoteo para que “mandara” y diera orden a algunos de no enseñar contrario a las enseñanzas de Jesús. La iglesia primitiva debía combatir doctrinas diferentes. El mandato de Jesús era enseñar lo que él enseñó (”enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” Mat 28:20).
Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, (4) está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas (1Ti 6:3-4)
Una señal de los falsos maestros es que están envanecidos. Cuando el texto dice delira, en el original implica “enfermo de la mente, que tiene pensamientos errados”. En otras palabras, no están bien de la cabeza.
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2Ti 2:15 )
“Que usa bien“: usa: en el griego es “trazar bien, rectamente, trazar una línea rectamente”; entiéndase trazar correctamente las escrituras, no torcerlas.
Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. (2Ti 2:16)
Son doctrinas que parecen correctas pero en realidad conducen a más y más impiedad, a no buscar verdaderamente a Dios.
Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. (2Ti 2:17-18)
Cuando un cuerpo se contamina con gangrena hay que amputar o la persona morirá. Esas doctrinas carcomen lentamente. La solución será cortar de raíz con ellas.
Vemos que en el pasaje se mencionan nombres. Es un caso de falsa doctrina y por tanto sí podemos mencionar nombres porque hay que denunciar lo que no está bien. Himeneo y Fileto se desviaron de la sana doctrina, diciendo que la resurrección ya se había efectuado, trastornando así la fe de algunos. Habían corrompido y mal interpretado Colosenses 2:12 que dice que ya fuimos resucitados juntamente con Cristo.
Pablo le pide a Timoteo que se quede en Efeso para corregir esta situación y predicar lo correcto.
Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores, mayormente los de la circuncisión (Tit 1:10)
Contumaces significa “no sometidos”. Y cómo hay de estos ahora. Se auto-nombran “apóstoles” y piden total sumisión por parte de los pastores a los que dan cobertura, les piden el diezmo y toda reverencia, pero ellos mismos no están bajo ninguna autoridad.
Habladores de vanidades: en el griego es “hablar sin sentido”. Hay un apóstol que dice que él puede orar y sacar del infierno a quienes murieron sin Cristo. Dice que puede hacerlo con fe, porque al que cree todo le es posible. Esto es grave y es hablar sin sentido.
Engañadores: en el original se refiere a “engañadores de la mente, impostores, embaucadores”. A veces vemos impostores en los mercados que venden “pomadas milagrosas” que lo curan todo, “hasta el SIDA”. Los de la circuncisión engañaban diciendo que este rito lo era “todo” y necesario para ser salvos. Hoy en día vemos doctrinas que por ejemplo dicen que sin el bautismo no hay salvación.
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