Uno de los más grandes regalos que Dios jamás le ha dado a la humanidad es Su Palabra escrita. Su Palabra tiene numerosas bendiciones para nosotros. Por favor considere las siguientes descripciones dadas por el Espíritu Santo para ilustrar varios de los beneficios de este regalo que no tiene precio. Es la semilla (Marcos 4:4 compare con 4:14) a través de la cual uno nace de nuevo (1 Pedro 1:23). Así como la semilla tiene el potencial de la vida vegetal, la Palabra de Dios tiene el potencial para impartir vida eterna. Esta es la razón por la cual la Palabra de Dios también se conoce como la Palabra de Vida (Filipenses 2:16). ¡Su palabra no sólo imparte vida, pero también sustenta la vida! Así como la planta viviente es sustentada por el riego periódico y de la comida derivada de la tierra, la Palabra de Dios se compara con el agua (Efesios 5:26) y la comida (Mateo 4:4). Más específicamente, es tanto leche como comida sólida (Hebreos 5:12-14). De hecho, así como los bebés esean la leche, nosotros debemos desear la leche pura espiritual, para que podamos crecer en nuestra salvación (1 Pedro 2:2). Esta palabra traducida como desear en el Griego significa: desear con gran seriedad; anhelar; ansiar ó desea intensamente. ¡Debemos de continuar con un apetito por la Palabra de Dios para asegurar crecimiento espiritual, el cual es ordenado (1 Pedro 2:2)!
La Palabra de Dios también es vida y salud (Proverbios 4:22). Esta palabra traducida salud también puede ser traducida medicina; cura, liberación o remedio. La palabra de Dios tiene un efecto positivo en nuestros espíritus, almas y cuerpos, así como la medicina hace en lo natural al cuerpo enfermo.
Además, La Palabra de Dios es duradera (1 Pedro 1:23), eterna (Mateo 24:35), perfecta (2 Samuel 22:31; Salmo 18:30) y pura (Salmo 12:6). Acerca de su pureza, leemos:
Las palabras del SEÑOR son palabras puras, plata probada en un crisol en la tierra, siete veces refinada. (Salmo 12:6 LBLA)
En otras palabras, ¡La Palabra de Dios es perfectamente pura y libre del más pequeño error!
También es viva (Hebreos 4:12). De hecho, como una fuerza viva, ¡La Palabra de Dios está obrando en los Cristianos (1 Tesalonicenses 2:13)! ¿Cómo está obrando en nosotros? Impide que pequemos (Salmo 119:9-11) y nos santifica (Juan 17:17). Con todo esto en la mente, ¿es de algún asombro por qué nuestro adversario, el diablo, trata de mucho de entorpecer nuestro tiempo personal en la Palabra de Dios?
La Biblia no solamente contiene la Palabra de Dios, ¡ES la Palabra de Dios! Jesús enseñó que cada pequeño detalle será cumplido (Mateo 5:18). Es verdad (Juan 17:17) y no puede ser quebrantada (Juan 10:35). Es la fuente máxima de verdad en cualquier cosa a que hace referencia, no sólo cosas espirituales. De hecho, aún se le llama “la palabra de verdad” a través de la cual hemos sido dado un nuevo nacimiento (Santiago 1:18).
¡Su Palabra escrita es “más cierta” que Su Palabra audible (“2 Pedro 1:19)! (Que increíble garantía de verdad ofrece la Biblia). La temprana iglesia creyó que el máximo tribunal de apelación y nuestro estándar absoluto de la verdad es la Palabra Escrita de Dios, no algún credo o confesión hecho por el hombre (2 Timoteo 3:16,17). Le Escritura ha sido dada para corrección, doctrina, instrucción en justicia y reproche. Esta palabra, Escritura, en el Griego es Graphé y significa: documento o escritos. En otras palabras, Su Palabra escrita es el estándar objetivo de la verdad y que Él ha dado a la humanidad. Esto quiere decir que si un sueño, visión, profecía, enseñanza, testimonio, experiencia, etc está en contradicción con Su Palabra Escrita, NO PUEDE ser de la misma fuente de Su Palabra Escrita, como Dios nunca podría contradecirse a sí mismo. Debemos probar todas las cosas (1 Tesalonicenses 5:21) y a todos (1 Juan 4:1) con la Biblia.
Además, Jesús declaró que Sus propias palabras serán la base de juicio para todos los que lo rechazan a Él y los condenará (Juan 12:48). Vea también Romanos 2:2. En estos tiempos terribles (2 Timoteo 3:1) con cosas enseñadas por demonios (1 Timoteo 4:1) y muchos siendo engañados por falsos profetas y falsos maestros (Mateo 24:11,24; 2 Pedro 2:1), DEBEMOS pegarnos con la cola proverbial al mensaje de la Biblia para estar a seguro. Esto nos debe dar a todos un incentivo adicional para aprender la Biblia y agarrarse a sus verdades eternales.
Como la sangre de Cristo, la cual puede por si sola lavar nuestros pecados, la Palabra de Dios permite a la humanidad entrar en el Reino Paradisíaco de Dios, porque a través de la Palabra de Dios podemos aprender Su plan de salvación (2 Timoteo 3:15). Pedro estaba en lo correcto creyendo que Jesús tenía palabras de vida eterna (Juan 6:68). Esto, obviamente, es el máximo beneficio que se puede derivar aprendiendo de la Palabra de Dios. Hay, sin embargo, muchos otros beneficios derivados. Se promete sabiduría en cualquier tema dado mencionado (Salmo 119:105,134). Si sólo aprendiéramos primero a ir al manual del Creador para una vida con éxito, ¡muchos de los ayes de la vida nunca vendrían! Por ejemplo, una razón por la cual se escribió Proverbios fue para impartir sabiduría en el trato con las personas. Específicamente se nos dice que la meditación y la obediencia a la Palabra es la clave para el éxito y la prosperidad, desde la perspectiva de Dios (Josué 1:8). Además de impartir sabiduría, la Palabra de Dios nos hará que vivamos vidas Cristianas significativas aquí trayendo fruto (Salmo 1:1-4), el cual Él requiere de nosotros (Lucas 13:6-9; Juan 15:1-8).
Job fue uno de los más justos en los tiempos del Antiguo Testamento (Ezequiel 14:14). La actitud de éste hombre para con la Palabra es ejemplar. Note como él valoraba la Palabra de Dios:
“he atesorado las palabras de su boca más que mi comida. (Job 23:12b LBLA)
¡Alguien con un verdadero entendimiento de la Palabra de Dios la considerará como preciosa o un “tesoro” como dijo Job! La actitud de éste hombre justo puede ser contrastada con el apóstata de corazón, quien rehusó arrepentirse en los días de Jeremías:
“.. la. palabra del SEÑOR les es oprobio; no se deleitan en ella.” (Jeremías 6:10c LBLA).
La Palabra de Dios puede cortar nuestros corazones como una espada (Hebreos 4:12), debido a que es espíritu, como fue el caso en los días de Jeremías. Pedro encontró que lo mismo era verdad cuando predicó la Palabra de Dios a los pecadores “compungidos de corazón” (Hechos 2:37). Esta palabra cortar en el griego significa ¡penetrar por completo! Fueron heridos por la espada filosa y de doble filo del Espíritu, la cual trajo su verdadera condición espiritual a la luz, antes que se arrepintieran y fuesen salvos. (Vea 2 Corintios 7:10)
La Palabra de Dios en los labios de un fiel Cristiano tiene mucho potencial en la vida de muchos. (En otras palabras, tu vida puede beneficiar a otros eternamente.) Esto, en parte, es el por qué el diablo enviará dificultad o persecución a nuestro camino cuando decidimos vivir por y hablar Su verdad (Marcos 4:17). Debido a esta dificultad o persecución, algunos “se han apartado” después de haber creído por un tiempo (Lucas 8:13). El diablo enviará adversarios porque la Palabra de Dios arruina su reino de engaño y esclavitud. ¡El también roba la Palabra de Dios de los corazones de aquéllos quienes escuchan la verdad y la rechazan (Mateo 13:19)! Todo lo mencionado debería probar, sin duda alguna, que deberíamos temblar a Su Palabra (Isaías 66:2) debido a sus poderosos efectos, los cuales se extenderán hacia la eternidad para todos nosotros.
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