Un grupo de organizaciones defensoras de los derechos humanos ha denunciado en Corea del Sur, en Seúl, el aumento que se ha producido en los últimos meses en el número de ejecuciones realizadas por Corea del Norte contra ciudadanos norcoreanos que practican el cristianismo, varias de ellas públicas.
Las ejecuciones públicas o privadas de cristianos en Corea del Norte han aumentado en los últimos meses, según afirma un informe elaborado y difundido esta semana por varias organizaciones defensoras de derechos humanos que trabajan en Seúl.
En Corea del Norte, tal vez la sociedad más cerrada del mundo, sólo se puede venerar al fundador del país, Kim Il-sung, y a su hijo y actual líder, Kim Jong-il. Las únicos actos masivos de fervor casi religioso son en honor de sus figuras, y es por esto que el régimen ve a la religión como una amenaza.
La posición de Pyongyang parece haberse endurecido en lo relacionado con los derechos humanos y la política de defensa en el último año.
Algunos analistas creen que puede ser una estrategia para apuntalar al gobierno de Kim Jong-il, al que se supone enfermo, durante el proceso de designación de su hijo, Kim Jong-un, como próximo líder.
UN CASO TERRIBLE
El informe de varias organizaciones surcoreanas destaca el caso concreto de una mujer cristiana que fue ajusticiada en público el mes pasado, en una localidad norcoreana cercana a la frontera con China.
La mujer fue acusada del “delito” de distribuir Biblias, a lo que se añadió el espiar para Corea del Sur y Estados Unidos, y colaborar con disidentes. El castigo no terminó con su ejecución, ya que -de acuerdo con la información divulgada por las ONG- la familia sufrió también las consecuencias. Sus padres, su marido y sus hijos fueron enviados a un campo de “reeducación”.
El corresponsal de la BBC añade que aunque estas informaciones son muy difíciles de comprobar, Corea del Norte es claramente identificada por su intolerancia hacia la religión.
CRISTIANOS EN LA CLANDESTINIDAD
Varios servicios de inteligencia occidentales sostienen que en Corea del Norte, poseer una Biblia es considerado un delito grave y puede ser motivo de torturas y desapariciones. Así lo afirma por ejemplo el propio gobierno de Estados Unidos.
Pero a pesar de la persecución, datos no oficiales aseguran que unos 30.000 norcoreanos practican la fe y el culto cristianos en sus hogares y en secreto.
Fuente: BBC, Agencias. Redacción: ACPress.net/span>
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