Tras el devastador terremoto las autoridades enfrentan la triste tarea de atender a más de cinco millones de personas que perdieron sus casas. Pero en medio de la angustia, algunos habitantes de una de las ciudades más dañadas encuentran un consuelo especial.
El domingo en la ciudad de Mianyang, cerca del epicentro del terremoto, un coro de alabanza se eleva al cielo en una de las iglesias más grandes de la ciudad donde perecieron unas 12 mil personas. Miles más aún están enterrados bajo los escombros de edificios caídos. Esa congregación ha encontrado apoyo en su fe cristiana.
El pastor John Chao dice que su iglesia también está sufriendo. “Muchos miembros perdieron sus hogares y seres queridos en el terremoto. Y muchas iglesias en esta región también cayeron”.
Mientras continúan las operaciones de rescate, Mianyang se ha convertido en un enorme campo de refugiados. Miles de personas han encontrado un hogar en un estadio abierto. Al hablar con ellos dicen que no tienen ninguna idea de lo que vendrá después.
Una de las sobrevivientes dijo a CBN News que cuando vino el terremoto no tuvo tiempo ni de ponerse los zapatos. “Agarré a mi hija y salí corriendo de la casa. Ella es todo lo que me queda. No tengo nada más…ni hogar ni dinero. No sé como comenzar mi vida de nuevo”, dijo la mujer.
Con la ayuda de Operación Bendición, el pastor Chao está aliviando el sufrimiento. Después del servicio del domingo entregaron tiendas de campaña a un grupo de sobrevivientes del poderoso terremoto.
La familia de Dong Shao Ju recibió dos tiendas. Ellos vienen de Beichuan, un sitio ubicado muy cerca del epicentro. Shao Ju comenta que estaba muy asustada al ver a la gente corriendo por todos lados y las casas que se derrumbaban.
Ella y otros 25 miembros de su familia pudieron escapar, pero varios primos, tíos y tías murieron. Su hogar quedó destruido. “No podemos ni pensar sobre el futuro. Solo pensamos en hoy, y como sobrevivir”, cuenta Shao Ju.
Por ahora, ella agradece este pequeño acto de bondad de gente del otro lado del mundo. “No tengo palabras para agradecer a esa gente que probablemente nunca conoceré, que hoy nos está ayudando a sentirnos un poco mejor”.
Por su parte el pastor Chao asegura que su trabajo con Operación Bendición es un gran ejemplo de como el Cuerpo de Cristo debe trabajar unido para atender las necesidades de la gente. “Es un testimonio de nuestra fe y el poder del amor”.
Chao y Operación Bendición estarán trabajando en los meses venideros para ayudar en la enorme tarea de albergar y cuidar a los centenares de miles de personas desplazadas por el terremoto.
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