La Policía brasileña continuaba ayer, sábado, investigando al pastor Tarcilio Quirino, quien está preso junto a varios auxiliares bajo sospecha de agredir físicamente y torturar a los internados en una clínica de recuperación de personas drogadictas, en el estado de Río Grande del Sur.
Según informan medios locales, la Policía Civil encontró en las instalaciones de la clínica Asociación Terapéutica Cristiana, conocida como “Ciudad del Refugio” y dirigida por el religioso, ocho cachiporras, una espada y un instrumento artesanal de madera con clavos y cables eléctricos, que se presume, era usado para dar choques eléctricos a los internos, además de medicamentos antidepresivos sin prescripción médica.
Según los investigadores de la Policía Civil y del Ministerio Público, el pastor, vinculado a la iglesia Misión Para Evangelización de los Pueblos, estaba al tanto de los malos tratos que sufrían los internados, quienes pagaban entre 242 y 606 dólares por la estadía.
El religioso negó a la Policía las acusaciones.
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